lunes, 24 de junio de 2013

Silencio, se rueda. Del Miño al Bidasoa


No se puede separar el camino de las historias de viajeros, sean del tipo que sean. Nuestra ruta transcantábrica no podía ser menos. La mayoría de ellos han sido anónimos. De aquí para allá. De corto o largo recorrido. Casi todos con un fin, ocioso o industrioso. Uno de ellos, puede que sea insospechado para muchos. Se trata de Camilo Jose Cela  y Trulock (Iria Flavia 1916, Madrid 2002). El autor de obras como "La familia de Pascual Duarte" y "La colmena", cultivó también el género de viajes. No eran sus viajes a lugares remotos ni exóticos, se trataba de viajes a pie por la España rural de la postguerra. Así pues nos encontramos con obras como "Viaje a la Alcarria" o la que nos ocupa: "Del Miño al Bidasoa".

Al final de su vida, Don Camilo, se prodigó en apariciones públicas. Recuerdo especialmente su aparición en la película "La Colmena" donde encarnaba a Matías Martín, inventor de palabras. O aquella famosisima entrevista con Mercedes Mila, en la que confesó su habilidad aspiratriz. O aquellas tertulias de sobremesa. O los anuncios de una guia turística en la que varios lugareños le ofrecían platos típicos (por lo menos, caldereta, pulpo y gachas), a lo que él respondía con un rotundo "hace" o "venga".

"Del Miño al Bidasoa. Notas de un vagabundaje". Narra el viaje a  pie que hace un vagabundo, desde el Miño, en la raya con Portugal, hasta el Bidasoa, en la raya con Francia, a través de Galicia y las comarcas cantábricas. Y ahí acaba su argumento, que el lector no espere más sobresaltos narrativos. El vagabundo, es una manera de llamarse al propio Don Camilo, quien realizó en realidad el viaje. En parte se acompaña de Dupont, otro vagabundo con pretensiones profesionales en el campo de la fabricación de molinillos de papel. Ambos van caminando sin prisa, contemplando el paisaje, sin más necesidades más allá de encontrar algo de comer y un lugar donde echar un sueño. Reivindicando la figura del vagabundo y el holgazán sin estridencias, con humildad, sin la hidalguía que concede la holgazanería cuando se ejerce con espíritu revolucionario y antisistema. Yo, personalmente, me uno a esta alabanza de la indolencia, aunque sea por huir de este mundo ajetreado y laboralista, donde sólo un esfuerzo por dinero tiene prioridad, prestigio y admiración. Y reniego del significado peyoratívo del término. Quizás la revolución deba venir a través de personajes como estos.

A través de su periplo, el vagabundo y Dupont admiran no sólo los incomparables paisajes cantábricos, también a un rosario de personajes que son como una rara piedra encontrada en medio del barro del camino. Con la mayoría de ellos los protagonistas comparten liturgicamente mesa (o cuneta) y viandas. La comida, esa gran necesidad, que para nuestros viajeros es la única, y que tiene un protagonismo también único a lo largo de la obra. El disfrute que exhiben por el alimento sólo es comparable con la sensación de libertad que transmiten al librarse del resto de las necesidades.

Prólogo de "Del Miño al Bidasoa"

Don Camilo debió de realizar el viaje a principios de los años 50 (La novela se publicó en 1951). Parece que ensalzando los paisajes de la geografía española y esquivando controversias políticas y morales, no tuvo problemas con la censura. Y eso que los personajes destruían el mito del ciudadano trabajador y hogareño y estaban mas fuera que dentro del sistema. Aunque claro ¿que se tendría que haber hecho entonces con Don Quijote y con el Lazarillo de Tormes?.

Por todo ello y porque el autor (o sus personajes) a buen seguro que transitaron por la transcantábrica N-634, y por supuesto por nuestro Km 130, he traído esta obra a este blog. Intentando hacer un recorrido por los lugares referenciados en el tramo que tenemos más cerca, de la mano del Vagabundo y Dupont.

Pero una cosa más, el lector se preguntará: ¿por qué se titula esta entrada "Silencio, se rueda"?. Da la casualidad de que "El Miño al Bidasoa" fue llevada a la televisión en forma de serie. La serie constaba de cuatro capítulos correspondientes a las cuatro comunidades autónomas que recorrían.

Presentación (tomado de www.rtve.es)

"Del Miño al Bidasoa" fue emitida por Televisión Española entre el 11 de noviembre de 1990 y el 2 de diciembre del mismo año. La dirección corrió a cargo de José Briz. Los principales personajes fueron encarnados por el actor Nicolás Dueñas en el papel del vagabundo y el inefable José Antonio Labordeta, en el papel de Dupont.


Nicolás Dueñas (tomado de www.rtve.es)



José Antonio Labordeta (tomado de www.rtve.es)


Desde que Don Camilo hizo el viaje y escribió la novela, hasta que se rodó la serie de televisión, se han sucedido muchos cambios que se verán reflejados. En nuestro tramo, se ha construído una autopista y además ha aumentado enórmemente el tráfico rodado, por lo que hoy en día es muy difícil hacer este camino con la misma dosis de tranquilidad. Sin embargo, los lugares son plenamente reconocibles, tanto desde la novela como desde la serie de televisión. La serie intentó ser lo más fiel con la novela y con al realidad. Como se hizo en vida del autor, suponemos que tuvo su aprobación.

A continuación vamos a hacer un repaso del tramo Castro-Urdiales-Bilbao. Un fragmento del camino de unos 40 kilómetros. A caballo entre dos capítulos. He entresacado algunos párrafos del libro y he intentado localizar los exteriores de la serie de televisión. Aquí está el relato no ordenado de esta parte del viaje, comparando los fotogramas de la serie de 1990 con el aspecto actual 23 años más tarde.

Comenzamos cuando Dupont y el vagabundo se acercan a Castro Urdiales por el camino de Allendelagua, actual N-634


CAPÍTULO DECIMOQUINTO
DESOLLANDO EL RABO A SANTANDER

"Después de las imaginaciones marineras de Dupont, y de los sustos, las curiosidades y los sobresaltos del vagabundo, los dos hombres, al cabo de la noche que pasó sobre ellos casi como un tembloroso suspiro, volvieron a dejar la mar a babor para meterse por el camino de Castro-Urdiales, que también puede ser el camino de Roma, la ciudad adonde todos los caminos llevan (...)"


Vista de Castro Urdiales, desde el Sagrado Corazón


"De Islares a Castro-Urdiales el camino costea la punta del Rabanal y el paraje llamado de los Caballeros Templarios, que por aquellas tierras tuvieron un castillo. La mar, ante la vista, aparece inmensa y dilatada.La costa más próxima, la rocosa Inglaterra del Cornualles, queda más allá, mucho más allá del horizonte."

Ruinas del castillo de los templarios, en el barrio castreño de Allendelagua.

"Castro-Urdiales tiene buen nombre y fama cumplida de puerto acogedor para el navegante que, cuando la fuerza de los vientos o el estado de 'la mar no le dejan entrar ni en Santander ni en Santoña, se mete en estas aguas de recalada y diciendo, sin equivocarse, el viejo «A Castro, o al cielo», que nunca le deja mentir. Los vascos, hace años, emigraban a Castro-Urdiales, al que tenían por un Eldorado y un emporio de riquezas. Del que iba a Castro-Urdiales decían sus paisanos: Lan ihessí Krastora han ere iakia bera estator aora, que quiere decir: «Va a Castro escapando del trabajo, pero allí no le vendrá sola la carne a la boca.»"

Trasera de  la iglesia de Santa María en Castro Urdiales. Vista desde una embarcación.(tomado de www.rtve.es)


El Vagabundo y Dupont, bajan por las escaleras del puente cercano a la iglesia (tomado de www.rtve.es)

Estado actual del puente. El paso del fondo fue reconstruído tras ser casi derribado por un temporal hace años

Dupont y el vagabundo contemplan los acantilados traseros de la iglesia de Santa María.(tomado de www.rtve.es)


Los acantilados son los mismos, pero el lugar donde se rodó se ha protegido con un muro haciendo imposible encaramarse al borde del acantilado

"Dupont y el vagabundo, detrás de la iglesia de Santa María, encuentran un tajo facilito apilando contra la pared de una casa veinte o veinticinco barriles vacíos que esperan al camión que los vendrá a recoger."

Portal de la calle San Juan, donde nuestros protagonistas, por una vez y sin que sirva de precedente, arriman el hombro, vigilados por el tabernero Nicolás (tomado de www.rtve.es)

Estado actual, no muy cambiado, del mismo portal.

"El dueño de los barriles,que es un gordo colorado, que se llama Nicolás y que tiene un mechón canela cruzándole la negra y rizosa pelambrera, cuando Dupont y el vagabundo acabaron su labor, se les quedó mirando como un búho y les dijo, poniendo la voz hueca, retumbadora y campanuda como la de un diputado o la de un predicador:
- Si os hace, ¡desgraciados! ,os doy media bacalada y todo el vino que os quepa en las tripas. ¿Os hace? Dupont y el vagabundo se miraron.
-Sí, señor, nos hace y si austed le parece bien podemos empezar ahora mismo, ya que no tenemos mejor cosa que. hacer.
Dupont y el vagabundo, detrás de Nicolás, se metieron en una bodega fresquita y deliciosa para la nariz, medio a oscuras y casi ordenada, a la que se bajaba por unas escaleras estrechas, resbaladizas y crujidoras. Nicolás les puso una vela en una botella que colocó sobre una mesa de noche desportillada y coja que había en un rincón.
-Esperadme aquí y estaos quietos.
Nicolás era un tabernero que hablaba muy propio. Al cabo de un rato, volvió con su media bacalada.
-El vino lo cogéis de esta cuba. Si lo cogéis de otra o si empezáis a cantar, a armar escándalo o a vomitar, por éstas que son cruces que os echo a punterazos. ¿Enterados? . .
-Sí, señor, enterados.
-Bueno, pues que os aproveche y tengamos la fiesta en paz, ¿eh?
-Sí, señor, descuide usted.
El tabernero Nicolás les había comido la moral a Dupont y al vagabundo. Dupont y el vagabundo, para compensar, le estaban comiendo la bacalada al tabernero Nicolás.
-Está buena, ¿eh? -¡Chist! ¡Más bajo, no vaya a asomar el amo!"

Dupont y el Vagabundo, dando cuenta de la bacalada, a la luz de una vela en botella. (tomado de www.rtve.es)

"Castro-Urdiales aguantó al francés Clausel, pero cayó ante Foy y Palombini, que debía de ser un corso atravesado, quienes reventaron las murallas de la villa cuando los españoles de don Pedro Pablo Álvarez ya no pudieron resistir más.
-¿Usted sabe bien todas las historias de las guerras que por aquí pasaron?
El vagabundo, aunque con vergüenza, tuvo que confesar sus ignorancias.
-No, señor, yo no sé bien ni las guerras que por aquí pasaron ni ningunas otras, aunque se me da por discurrir que, para poblar la memoria de estragos y de calamidades, más vale conservarla vacía y como virginal y doncella.
Dupont asintió.
-Pienso lo mismo que usted, hermano, y así se lo digo; y quiero aclararle que si le pregunté por esto de las guerras fue tan sólo por curiosidad, quizá malsana, que bien se me alcanza que es feo vicio pero que me cuesta gran trabajo evitar. Yo tampoco soy partidario de las guerras, ya que tengo para mí que es mejor y más honesto y más saludable vivir en paz y no andar zurrándose la badana con el prójimo, sin más ni más y como para matar las horas."

La travesía de San Juan contempla el paso de los caminantes. (tomado de www.rtve.es)


Estado actual, mucho más adecentado. El monumento de la confluencia de calles, conmemora el asedio que sufrió la villa durante la guerra de la independencia


Tal y como se indica en la placa, este año se cumple el 200 aniversario de tan dramático episodio.

Después de dormir en el camarote del tabernero Nicolás, los caminantes se disponen a abandonar Castro, por la tarde, por sus calles desiertas.

"Deben de ser ya las tres de la tarde, quizás algo más, y el calor aprieta, aunque sin ahogar; como Dios, según el refrán. -¡Aprieta! -Sí, pero no ahoga. Por las calles de Castro-Urdiales, a estas horas, no se ve ni un solo veraneante de manga corta, ademán optimista y pantalón blanco. Los veraneantes suelen ser gente metódica, bien organizada, puntual, llena de orden y buenos principios y observadora de las sanas costumbres. No es difícil explicarse que los veraneantes sean así como son y no varíen, de un modo apreciable, de un año para otro; el veraneo es un deporte caro, y las gentes, puestas ya a gastarse sus ahorros, tratan de sacarles el mayor partido posible, y, además, ¡qué contra!, hacen bien. Ir de veraneo para no tostarse como piñones, ni bañarse como pescadillas, ni dormir la siesta como alcaldes, es algo que no se debe hacer, y que los veraneantes tienen buen cuidado de cumplir a rajatabla. A Dupont y al vagabundo no les va bien la vida de los veraneantes, y por eso no la hacen, quizá porque, aunque quisieran, tampoco tendrían posibles para hacerla. Pero Dupont y el vagabundo, que son de temperamento liberal, tampoco se extrañan de que los veraneantes la hagan. Después de todo, a los veraneantes tampoco les parece mal que Dupont y el vagabundo lleven la vida que llevan, y si les parece mal, se lo callan, que ya es bastante y no hay por qué pedir más." 

Pórtico de la iglesia de Santa María, esta fotografía es muy difícil de captar en la actualidad porque el pórtico está cerrado y en obras. (tomado de www.rtve.es)

Reborde del pórtico, con Castro al fondo. (tomado de www.rtve.es)

Misma perspectiva en la actualidad

Los caminantes abandonan Castro por los acantilados de Cotolino, en la desembocadura del río Brazomar, tal y como estaba hasta los años 90. (tomado de www.rtve.es)

Estado actual, más urbanizado. Muy urbanizado.

"Al pasar Mioño, aún en tierras santanderinas, se suben las empinadas cuestas de Saltacaballos, con la mar allá abajo, rompiéndose, no muy dura, contra la costa. De Mioño sale un ramal de la carretera que, cruzando la vía del tren, va a Los Corrales, frente al campo de Ventosa. Por Ontón, el camino deriva un poco haciael sur, o mejor hacia el sudeste, y al terminar las cuestas, termina la provincia. De Ontón también sale una desviación que va hasta Otañes, al  lado de Los Corrales."

Dupont y el Vagabundo, bajan la cuesta de Saltacaballos en dirección a Ontón, por un camino de anhidrita desde el que se puede adivinar el tajo de la A8, ya construída en 1990. (tomado de www.rtve.es)

Estado actual, año 2013. Ha crecido la vegetación.

Dándose la vuelta, los caminantes se encuentran con la fábrica de Derivados del Fluor, manera que tuvo el realizador de la serie de preludiar el acercamiento a Vizcaya. (tomado de www.rtve.es)

Vista actual, con abundancia de tráfico marítimo

Aquí, nuestros personajes dicen adiós a Cantabria y afrontan su entrada en Vizcaya sin mucho entusiasmo. Según ellos, en Vizcaya hay muchas fábricas y el trabajo se respira en el ambiente, algo que no les agrada demasiado.

"Santander y Guipúzcoa, que ya le llegará cuando le toque, se parecen, hasta cierto punto y más o menos, a Galicia. Asturias es como una Galicia o una Guipúzcoa de altos y escarpados montes, y Vizcaya, que es Bilbao y un montón de fábricas una detrás de otra, es aparte y diferente de todas: de otro color, de otro ambiente, también de otra intención. El vagabundo, al pisar Vizcaya, piensa que aquello no le va a gustar. En Vizcaya hay demasiada riqueza a la vista, demasiada industria y mucho más orden del necesario para que el vagabundo pueda sentirse bien y a gusto. Probablemente, todo esto es mejor y más conveniente para Vizcaya, pero el vagabundo, por lo menos, sabe que él no es buen barómetro para medir estas cosas y así lo confiesa. Dupont, quién sabe si por espíritu de hermandad, va pensando en algo muy parecido, aunque tampoco lo dice.
-¿En qué iba pensando usted?
Dupont fingió un gesto evadido.
-¡Psché! En vaguedades, ¿y usted?
El vagabundo agradeció mucho el gesto evadido que había puesto Dupont.
-Pues yo:..Eso, vaguedades..."

A partir de este momento los caminantes entran en Bizkaia. La serie se rodó en el barrio de San Julián, en Muskiz, en el Valle de Trápaga, Portugalete, Zorroza y Bilbao. Con las fábricas como constante referencia, el realizador se fijó en industrias que a buen seguro no existían al paso de Don Camilo, pero le debieron parecer más aparentes para ilustrar la serie.

CAPÍTULO DECIMOSEXTO
FÁBRICAS POR TODAS PARTES Y UN VINATERO EN PLENCIA

"Por Somorrostro aparece la industria."

Instalaciones de Petronor, que no conoció Don Camilo en su viaje. (tomado de www.rtve.es)

Vista actual desde el mismo ángulo. Se han ocultado los montones de azufre con un panel

Iglesia y crucero de San Julián (Muskiz). La serie debió de rodarse en invierno.(tomado de www.rtve.es) 

Vista actual, con algún árbol cortado y la primavera en todo su follaje.

Paso por delante de unas casas del barrio de San Julián. (tomado de www.rtve.es)

Actualmente el edificio y la calle está adecentado pero han "crecido" algunas urbanizaciones al fondo.

"El vagabundo piensa que la industria es algo que tiene escasa defensa, algo que hay que tolerar porque es necesario y útil para los demás, pero no por ninguna otra razón. El vagabundo, entre vivir sin industria, más tranquilo pero menos cómodo, o con ella, menos incómodo y más desasosegado, piensa que es mejor lo primero. Si no, no sería vagabundo: sería, en vez, perito agrícola, o registrador de la propiedad, o ferretero. El vagabundo piensa también que las dos posturas tienen, evidentemente, sus defensores y sus enemigos, y que a ninguno de los dos puntos de vista les falta, como siempre pasa, su parte de razón. La verdad es que los hombres no han conseguido todavía una sola idea que no tenga ninguna razón; a la humanidad le falta aún mucho camino por andar. El vagabundo, que es, sin haber tenido en ello arte ni parte, un viejo occidental, antepone, ¡y qué le va a hacer!, la calma a la mecánica, aunque, sabe bien que sus ideas, si es que esto son ideas, están llamadas a ser no más cosa que históricas y enmohecidas piezas de museo; el mundo, cada día que pasa más cercano a su aburrido fmal, tiende hacia las máquinas y las estadísticas, aun a trueque de olvidar los bellos nombres de las estrellas, la delicada color de las florecillas silvestres y el sabor del aire cuando Dios amanece· sobre el campo abierto. ¡Qué le vamos a hacer!"

Dupont y el Vagabundo contemplan la industria desde el camino de Fuente Vieja. (tomado de www.rtve.es)

Vista actual desde el mirador de Fuente Vieja

A partir de aquí, los caminantes prosiguen dirección Bilbao por la N-634. Pasan por Nocedal ("Noceda"), donde se encuentran a unos poco amigables niños.

"En Noceda un grupo de niños no consigue divertirse mientras juega con unos palitos al borde de la carretera. Cuando el vagabundo pasa, sonríe, casi como un patriarca pobre, y les dice adiós.
-Adiós ...
Los niños, cuando el vagabundo los saluda, porten un gesto de sorpresa, le miran como si fuera un ser caído de otros mundos, y no le contestan. Son unos niños extraños estos niños de Noceda; unos niños serios y conservadores, unos niños de aire pensativo, llenos de responsabilidad y, probablemente, de proyectos para el futuro. El vagabundo hubiera preferido sentarse a jugar con los niños de Noceda, explicarles que también con unos palitos uno se puede divertir la mar, y contarles, poniendo el ademán de hinchado y la voz misteriosa, bonitas y fabulosas historias que son mentira de los pies a la cabeza, pero que reconfortan las almas y dan una insospechada vida a los sentidos. Pero el vagabundo tuvo que renunciar a hacerlo porque los niños de Noceda en seguida se echaba de ver que no eran partidarios de los hombres que iban de camino sin cédula personal y con la barba crecida. ¡En fin!"


Iglesia de Nocedal, donde a buen seguro pasaron nuestros personajes.

"Por San Salvador del Valle, el vagabundo se cruza con una vacas blanquimarronas y circunspectas, de muy buen ver, y con unas señoras que vienen, cargadas de paquetes que guardan en redes de nylón, y que van montadas en unas bicicletas relucientes con farol, bombín, carterita para la herramienta y cambio automático en el piñón."

En la serie de televisión el episodio de los niños de Nocedal fue recreado en el Valle de Trápaga y los niños, de jugar con unos palos, pasaron a jugar con una caja de cartón.

Acercándose a San Salvador del Valle por el Ayuntamiento. 
(tomado de www.rtve.es)

Vista actual. Con el árbol crecido

Iglesia y niños dándole patadas a una caja de cartón. (tomado de www.rtve.es)

Vista actual. Actualmente los niños juegan el el extraordinario parque del fondo. Será porque no han probado lo divertidas que son las cajas de cartón.

Encuentro con los niños en las cercanías de la carretera a la altura del Valle de Trápaga. (tomado de www.rtve.es)

El mismo lugar 23 años más tarde, mucho más arreglado.

"En aguas de Portuga1ete, y casi al alcance de la mano, están los destructores «Jorge Juan» y «Sánchez Barcáiztegui», recortando sus bélicas y plomizas siluetas sobre el caserío abigarrado y bullidor de la otra banda, sobre los chalets y las tiendas y las casas de Las Arenas. El vagabundo, entre tranvías que van y vienen, autobuses que vienen y van, y gentes que no se quedan y que se afanan, como hormigas, de un lado para otro, añora sus horas de campo abierto y monte coronado y sus paisajes de mínimas flores solitarias, triste ganado lleno de resignación, y el sol, como el amo de todo, columpiándose indolente, coque- to y gallo, entre dos nubes livianas. Todos estos pueblos, igual que los pueblos de enfrente, están de hecho unidos a Bilbao; les pasa lo que a Tetuán de las Victorias o a los Carabancheles con relación a Madrid, antes de que Madrid se los tragase, y el tránsito de unos a otros no se nota ni poco ni mucho. Cuando estos pueblos sean incorporados a la capital, cosa que alguna vez sucederá Bilbao habrá de convertirse, por el número de sus habitantes, quizás en la tercera ciudad de España. Siguiendo las aguas de la bajamar, el vagabundo se llega dándose un paseo hasta Santurce, el pueblo de las sardinas de la copla y de la pescadora a la que apretaba el corsé, allá donde la mar comienza y las aguas se aclaran y se desengrasan. Frente a Santurce está anclado el crucero «Galicia», con su esbelto y noble dibujo, lleno de fuerza y de señorío, balanceándose sobre los botes que lo rodean.

Si el vagabundo hubiera podido se hubiese acercado hasta el crucero para saludar a su comandante; hubiera entrado, por su banda de babor, confundido con la tropa que volvía de pasear,  y hubiera salido quizá por la de estribor, hecho un duque, en la gasolinera del capitán, reluciente como una clara amanecida y airosa y blanca igual que una gaviota. Pero el vagabundo se vuelve por donde ha venido y pronto olvida sus vanos y fantasiosos sueños de grandeza. A cambio de llevarle unas maletas que abultaban más que pesaban, unas maletas que parecían cargadas de aire, un viajante catalán compasivo y parlanchín invitó al vagabundo a cruzar hasta Las Arenas por el,transbordador. Colgado sobre las aguas de la ría, el vagabundo, que no está hecho para los inventos mecánicos, piensa que  lo mejor de Vizcaya viene a resultar, para los demás, precisamente aquello que menos le divierte y le llama la atención. En Las Arenas, el vagabundo se nutre de un bacalao con patatas muy sustancioso, y se refresca el gaznate con un vinillo agrio que no pasa mal para ío poco que cuesta, y en Algorta, que está un poco más arriba y ya en la mar, se fuma un farias que cae, como llovido del cielo, del contento de una boda por la que acertó a pasar."

Paso por Portugalete, iglesia de Santa María y Torre de Salazar, sin restaurar.(tomado de www.rtve.es)

Vista acttual, con la torre restaurada

Paso de los caminantes por la plaza de Portugalete, con el kiosko, y el Puente colgante. (tomado de www.rtve.es)

Los árboles no han medrado mucho en estos años

Un poco más adelante los caminantes contemplan el puente. Se observa el antiguo hotel, después incendiado y hoy reconstruído.(tomado de www.rtve.es)

Hoy en día, se ha reconstruído el hotel, se han pintado de azul los bancos y hasta el puente ha cambiado de color.

La bruma no deja ver los altos hornos del fondo mientras Dupont y el Vagabundo, pasean por el muelle de Portugalete. (tomado de www.rtve.es)

Este día tuvimos más suerte. Desde el mismo punto se veía el alto horno.

Barquilla del Puente de Bizkaia (Puente colgante). con propaganda de una entidad bancaria. (tomado de www.rtve.es)

Barquilla actual, más moderna, con propaganda de la misma entidad pero con otro nombre.

Paseo por el muelle, cerca del antiguo mareometro. (tomado de www.rtve.es)

Vista actual, concurrida por un concurso de pesca.

"En Baracaldo, cubierto de humo, el cielo es plomizo y el calor asfixiante. Las altas chimeneas de las fábricas vomitan una humareda negra y densa que levanta poco, que pronto cae pesadamente sobre el suelo, y el vagabundo, que se sien- te ahogar, prefiere apretar el paso y cruzar de largo y sin hacer alto.

Retuerto y Basurto tienen todo el aire revuelto y afanoso de los barrios extremos de las grandes urbes. Las gentes se agolpan en las calles, los tranvías van abarrotados, los automóviles tocan la bocina despiadadamente, y los niños, ¡pobres niños!, andan haciendo recados y llevando bultos de aquí para allá."

Para ilustrar el paso por la industria, en la serie de televisión se ubicaron en el barrio bilbaino de Zorroza. Las fábricas que se encuentran allí, no corresponden a la industria siderúrgica que a buen seguro se encontró Don Camilo. No importa, son un buen reflejo de las zonas industriales de los márgenes de la Ría de Bilbao. Además en 1990, aun se conservaba el aspecto gris tan característico de estos lugares que posteriormente ha desaparecido en muchos lugares

Paso del tren  hoy desaparecido en Zorroza. Se observa el paso de un antiguo modelo de tren de la línea de RENFE Bilbao-Santurtzi y San Julián de Musques. (tomado de www.rtve.es)

Imágenes de fábricas en el muelle de Zorroza. (tomado de www.rtve.es)

Mismas fábricas en la actualidad con la cara lavada.

Camino de Zorroza al muelle. Este camino hoy en día está cortado. 
(tomado de www.rtve.es)


Paralelamente existe este otro. Se puede ver la misma fábrica al otro lado de la ría.

A partir de aquí se internan en Bilbao, en el que tienen un encuentro con una señora que les orienta o les desorienta, según se mire.

"Bilbao es, sin duda alguna, una gran ciudad, y el vagabundo, que la conoce poco, pronto se desorienta y se pierde. En la Gran Vía, el vagabundo, con el sombrero en la mano, pregunta, apoyándose en sus mejores modales, a una señora que pasa con el libro de misa en la mano y el velito sobre la cabeza.
-Oiga, señora, ¿dónde está el puerto?
La señora se detiene y ensaya un gesto extrañísimo.
-¿El puerto? No, señor, aquí no hay puerto.
-Perdone.
Cuando el vagabundo se va, la señora lo llama.
- Aquí lo que hay es ría. ¡Como no pregunte usted por la ría...!
El vagabundo tiembla un poco.
-Pues, sí, la ría. ¿Hacia dónde cae la ría?
La señora abrió sus apagados y piadosos ojos.
-¿Cae?
-Sí, ¿hacia dónde está?
-Está por ahí abajo; vaya usted todo seguido.
-Muchas gracias.
Al vagabundo, bien claro estaba, no le entendían en Bilbao. El vagabundo piensa que la culpa sea de los demás. El vagabundo, ¡bien lo sabe!, no es hombre para andar paseándose por ciudades como Bilbao."

Encuentro con la señora bilbaina en la Plaza Moyua. (tomado de www.rtve.es)

Estado actual, con el edificio del Gobierno Civil al fondo. Parece la misma, pero esta plaza fue levantada y reconstruida por las obras del metro. También se aprecia la aparición de la torre Iberdrola.

Y aquí acabamos.  Después el Vagabundo y Dupont cruzan la ría y se van a Plentzia, donde se enuentran con Fermín Cuartango, el vinatero. Pero esa es otra historia que animo a seguir, bien en versión literaria o cinematográfica.

Y para facilitar la tarea, aqui dejo el enlace de los cuatro capítulos de la serie que están disponibles en internet en la página de Radiotelevisión Española

Capítulo 1. Trancos galicianos

Capítulo 2: Caminando caminos de Asturias

Capítulo 3: La verde y civilizada tierra de Cantabria

Capítulo 4: Hacia levante, el País Vasco.


(tomado de www.rtve.es)

9 comentarios:

  1. Armando, normal en ti, otra entrada que hay que leerla con pausa para exprimirla como se merece.
    Así que esta noche le doy esa mirada.
    Y los capítulos irán cayendo.

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    1. Gracias Alberto. El libro cuesta encontrarlo. Yo he recurrido a la Biblioteca Municipal. La serie, son cuatro capítulos de casi una hora. Para disfrutarla hay que tener cierta devoción por los paisajes cantábricos y por aquella televisión que se hacía hace 30 años. No hay que esperar grandes tragedias ni convulsiones narrativas, ni efectos especiales. Todavía en aquella época en televisión tebnían la valentía de poner este tipo de programas en prime-time.

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  2. Te estas convirtiendo en un gran restaurador de imagenes.
    Toda la zona de Portu, asi que me suena, ademas, la familia esta vinculada al puente cogante, mi aita trabajo en la ultima restauracion, por ciero creo que fue pintado de Rojo Somorrostro.

    Nos vemos.
    Un saludo

    JOSE

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    1. Gracias Jose. Las imágenes se han restaurado solas, o por lo menos las zonas. Aunque a mi me gustaba también lo gris y decadente. Y si, es Rojo Somorrostro, como el mineral, supongo.....(jeje)

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  3. Me repito como Alberto, como es largo ire poco a poco leyendola por que en el curso me ha dado tiempo de leer la mitad y esta bastantte interesante y lo digo de verdad de corazón. Y ya que has hablado de Camilo José Cela, me he acordado de una frase que dijo hace mucho tiempo y que decía"JODER NO JODEREMOS, PERO JODER QUE GANAS TENEMOS" y le doy toda la razón del mundo jajajaja. Un abrazo muy fuerte y ya seguire leyendo el fin de semana que estoy más tranquilo.

    P.D.: Joe macho pues si que han cambiado algunas fotos que pones con el cambio del tiempo mamma mia.

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  4. Gracias Carlos. Y además hay otra anécdota. Don Camilo, en el primer senado de la democracia fue nombrado Senador. En una de las aburridas sesiones se quedó traspuesto. El presidente de la cámara le llamó la atención:
    - Señoría, está usted dormido.
    - No señor, estoy durmiendo.
    - Es lo mismo ¿no?
    - No es lo mismo, porque tampoco es lo mismo estar jodido que estar jodiendo.

    Nunca pasaba desapercibido.

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  5. Estimado Armando:
    Desde hace unos años tengo un blog sobre historia y cultura de Portugalete.
    Hace unos días una persona que entró en él me puso en antecedentes de esta entrada, la que calificó de gran interés, y la verdad que se quedó corto.
    Te felicito por la misma, creo que es muy original, fresca y de gran interés, realizando un minucioso trabajo en la comparativa que realizas con las imágenes pasadas y actuales. Un gran trabajo.
    El presente comentario es para solicitarte autorización para reproducir parte de la misma en mi blog. Como es norma ética personal, aparte de indicar desde el primer momento la autoría y el origen de la misma, insertaré un enlace tu blog para todos aquellos que deseen ver la entrada en su formato original.
    Quedo a la espera de los que decidas.
    Un cordial saludo.

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  6. Gracias Piloto, por tu visita y tus comentarios:

    Yo mismo dejé un comentario en tu blog.Pensé que podría interesarte ya que he visto que tienes una serie de posts relativos a la presencia de Portugalete en el cine y la televisión.

    Y por supuesto que me parece bien que reproduzcas la entrada o cualquiera de sus partes (algunas son fotogramas de la web de RTVE). Y además te lo agradezco enormemente, ya que esto contribuirá a que tenga mayor difusión. Si te parece bien, cuando lo publiques, puedo hacer referencia a tu blog a través de las cuentas de Facebook y Twitter que tengo asociadas a mi blog. (Km Cientotreinta y @KmCientotreint).

    Sigo tu blog y me parece muy interesante y referente en historia local y lleno de contenidos originales. Te animo a seguir así.

    En otro post que publiqué hice una recopilación de vacantes de médicos y maestros publicadas en La Gaceta de Madrid. Encontré, entre otras muchas de nuestra zona dos de Portugalete de cirujanos correspondientes a los años 20 del siglo XIX. Te dejo enlace por si te pudieran interesar.

    http://km-130.blogspot.com.es/2012/05/vacantes-aqui-hubo-trabajo.html

    Gracias de nuevo, y espero que podamos seguir colaborando. Veo que tenemos en común el interés or la histria y curiosidades de nuestros pueblos y de nuestra comarca.

    Un saludo,

    Armando.

    PD. Como no he encontrado una dirección de e mail tuya, te respondo aquí. Ahora te dejo un comentario en tu blog para avisarte.


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  7. Muchas gracias por todo. Si en el futuro ves algo en mi blog que te pueda interesar o cualquier otra cosa, no dudes en comunicármelo por el mismo medio.

    Gracias y estamos en contacto.

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